Este tejido se originó en Escocia en el siglo XIX y lo interesante es que era usado como una prenda exterior de tela de lana tejida por los pastores. El patrón sigue siendo popular hoy en día en telas de lana y tweed. Se caracteriza por sus formas abstractas de cuatro puntas, con mayor frecuencia en blanco y negro.
Luego en la década de 1930, el patrón de pata de gallo fue adoptado por la clase alta como un símbolo de riqueza. En 1959, Christian Dior usó pata de gallo para diseñar un zapato de corte puntiagudo. La década de los 60 vió el patrón revivido y las casas de moda como Chanel, Louis Vuitton, Emporio Armani y Moschino usaron pata de gallo durante sus colecciones en la década de 1990 y mediados de la década de 2000.
Este patrón, que parece reinventarse cada 20 a 30 años, surge cada vez con colores más brillantes, sin embargo el clásico blanco y negro sigue siendo el preferido por los fashionistas.
Si lleváis el tejido con el print más grande, os recomiendo llevarlo con colores neutros si queréis ir por lo seguro. De alguna manera, los tonos tierra, vino, mostaza y blanco por supuesto lucen espectacular a este tejido.
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También los colores vibrantes como el rojo, le hacen verdadera justicia al tejido Pata de gallo.
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Y podéis combinarlo con faldas o vaqueros y os digo de una vez, que sé os váis a enamorar de este tipo de outfit.
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